Suelos, viales y calles

La utilización de la piedra en pavimentación es una práctica muy antigua, siendo común en las vías de comunicación romana. Actualmente no sólo se coloca en viales si no también en interiores de viviendas o en ajardinamientos.
La Piedra de Ena, tiene la particularidad de que no se deshoja en láminas, además de presentar un color que se adapta muy bien a cualquier entorno, dotándolo de un aspecto elegante y noble.
Para este tipo de trabajo se suelen colocar piedras que oscilan entre los 4 cm. y los 10 cm. de espesor. La forma puede ser irregular (tal y como se extrae), cortada y trabajada (ya que sus características la hacen muy manejable) o bien combinando ambas.

Entre otras particularidades, la Piedra de Ena es completamente antideslizante, y no atrapa el calor, lo que la hace muy atractiva para ejecutar las playas o el perimetro en piscinas.
Así como es una piedra muy limpia, cualquier mancha que caiga sobre ella, el agua la hace desaparecer, por lo que la hace muy recomendable para solar terrazas, zonas de jardín o cenadores.

Pavimentos en el Santuario de Torreciudad

Piezas de piedra cortadas.
Combinación de piezas irregulares (forma natural) con piezas cortadas de forma rectangular.

Pavimentación de calles con tráfico rodado

Calle Moner en Fonz (Huesca)
Plaza y calles adyacentes en Puente de Montañana (Huesca)

Aceras en vivienda unifamiliar